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La última gran novela rusa

Probablemente la última gran novela rusa no la escribió un ruso ni tampoco Gómez de la Serna, sino un judío nacido en Ucrania que escribió en alemán, Joseph Roth. La obra a la que me refiero es Confesión de un asesino . La novela en el fondo no es más que un pretexto para atravesar una noche bebiendo. Eso de que el protagonista es una encarnación del mal como dice la contraportada de Anagrama, no sé a quién se le ocurrió, quizá a alguien que no leyó la novela, porque a pesar de que el personaje que narra la historia de su asesinato insiste en que es un ser despreciable. La verdad es que es una buena persona, muy agradable, por supuesto que dan ganas de invitarle una cerveza para que cuente sus aventuras. Si es una gran obra literaria se debe al eficaz retrato, que otros han llamado psicológico, pero que yo prefiero llamar retrato ruso del alma de los protagonistas. Un psicólogo jamás podría ver tantas sutilizas en el carácter como las que observaban los novelistas rusos. La diferencia ...
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Un abuelo que no ha envejecido

La empatía tiene mucho de virtud y algo de debilidad. Así en la vida diaria como en la literatura. Un narrador para poder ser empático necesita virtuosismo, pero también mostrar sus debilidades. Yo agradezco a los escritores que se arriesgan al permitir que el lector se asome a sus miserias emocionales. A mi juicio, uno de los que mejor lo hace es John Fante. Su alter ego, Arturo Bandini, es uno de los narradores más desvergonzados que conozco, y esto, por supuesto, es un elogio. La desvergüenza es una virtud literaria porque el pudor le estorba al literato. Es verdad que es importante sugerirle explicaciones al lector, pero eso se puede hacer sin esconder o sin tenerle miedo a los sentimientos. Yo no sé por qué le tengamos miedo a los sentimientos. Quizá tenga que ver con la educación o con la forma que la sociedad ha escogido para reprimir lo que sentimos. Parece que el mundo desea un mundo aséptico. Socialmente no se nos permite odiar fácilmente ni ser presumidos ni rogones, ni una ...

Fidelidad narrativa

Rosa Beltrán me parece una buena escritora. Tiene gracia, elegancia y maneja bien los tiempos narrativos. Eso es más de lo que muchos podrían presumir. Sin embargo, me sentí algo decepcionado con Alta infidelidad . Supongo que esperaba una Madame Bovary contada por ella misma. Que se trate de una novela sin grandes pretenciones formales para mí no es defecto, pero tampoco virtud. No es que esté a la caza de renovaciones técnicas o estilísticas, simplemente, busco obras en las que el autor parezca muy comprometido, que demuestre, por lo menos, que las neurosis ayudan a hacer literatura. Y eso en esta obra no se da. Avancé muy rápidamente por la novela y ya hacia las últimas páginas me dio la sensación de que en ningún momento me había emocionado. Divertido sí, porque una obra cuyo protagonista es un filósofo mujeriego con tendencia a la holgazanería, por pura lógica, es graciosa. Otra asunto que me dejó confundido es que no sentí ninguna iluminación acerca del extraño comportamiento fe...

La dueña de una habitación

Como muchos hombres, soy misógino sin darme cuenta y bromeo para hacerme pasar por misógino inconsciente. He comprendido, no obstante, que mi sandez es meramente masculina y mi inteligencia, en cambio, es andrógina. Si conseguí entender esto fue gracias a la brillantez argumentativa de Virginia Woolf, en un ensayo magistral llamado: A Room of One’s Own , traducido por Borges como Un cuarto propio y publicado por la UNAM en una edición de bolsillo muy bonita. Lo mejor de los libros no es su exterior por supuesto. Cualquiera sabe que un libro vale por sus palabras. ¿En nuestra sociedad actual a las mujeres las juzgamos como a los libros, por sus palabras o por su apariencia? Creo que esa es nuestra intención y, sin embargo, no es fácil desligarse totalmente de la tradición machista, que durante muchas décadas o siglos ha tenido la sociedad para privilegiar a los varones y para tener bajo control a las mujeres, haciendo que ellas sean exterioridad, es decir, que se concentren en la apari...